PSICOLOGÍA FORENSE

La metodología en psicología forense implica el uso de técnicas específicas para el contexto legal. Es imprescindible el análisis exhaustivo de la documentación del procedimiento, incluyendo los informes médicos y psicológicos que puedan existir, y estableciendo coordinaciones pertinentes con otros colegas, profesionales y con los abogados. Se utilizan entrevistas forenses y pruebas psicométricas específicas con alta fiabilidad y escalas de control, que cuentan con amplios baremos para garantizar la validez de los resultados. La corrección de las pruebas psicométricas se efectúa mediante plataformas de las editoriales que las generan. En el ámbito penal, se evalúa la credibilidad utilizando técnicas con aval internacional y potencia científica en el marco de la psicología del testimonio. Una vez analizados los datos, se elabora el informe pericial psicológico en el que se exponen los hallazgos y conclusiones obtenidos. Este informe se entrega al cliente para que lo presente en los tribunales y pueda ser utilizado por jueces, fiscales y abogados. Elaboración de contrainformes. El objetivo es proporcionar información objetiva y relevante para ayudar a tomar decisiones en el contexto legal.

NEUROPSICOLOGÍA FORENSE

La metodología en neuropsicología forense implica, además, la utilización de técnicas específicas para la evaluación y análisis de las funciones cognitivas y conductuales en el contexto legal. La evaluación neuropsicológica forense se basa en la administración de pruebas neuropsicológicas estandarizadas con un alto nivel de fiabilidad y validez, que cuentan con normas y baremos establecidos y deben ser administradas por profesionales cualificados y entrenados. Además, se utilizan técnicas específicas para la evaluación de la simulación y exageración de síntomas. La evaluación de determinadas funciones cognitivas como la percepción, lenguaje y memoria resulta fundamental para analizar la credibilidad del testimonio. El conocimiento sobre enfermedades neurodegenerativas, lesiones traumáticas, trastornos mentales, enfermedades autoinmunes e inflamatorias, enfermedades cardiovasculares, la fatiga crónica, la electrosensibilidad, la sensibilidad química múltiple y el consumo de sustancias tóxicas como el alcohol y las drogas es crucial para evaluar el impacto que pueden tener en las funciones cognitivas y su posible deterioro. Estos factores pueden ser relevantes para determinar la imputabilidad penal, las eximentes, los atenuantes, así como cuantificar las indeminaciones en casos que conlleven una para la responsabilidad civil. La evaluación también permite determinar la capacidad de un persona para testar, llevar a cabo actividades financieras o tomar decisiones que afecten a su vida. La autopsia neuropsicológica es una técnica utilizada para informar sobre las capacidades cognitivas de personas, ya fallecidas, en un momento específico de su vida. Para llevarla a cabo, se examinan informes y registros médicos, se realizan entrevistas con familiares, profesionales de residencias, centros de día o cuidadores, y se analizan todos los documentos relacionados con la persona diifunta que puedan resultar de interés.